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¿Sabes qué es una SICAV?

Si estás adentrándote en el interesante mundo de las inversiones probablemente hayas escuchado alguna vez el término SICAV. Sin embargo es posible que no tengas claro qué significa. Por este motivo desde Inversiones Seguras queremos explicártelo. Echa un vistazo al siguiente post para saber todo lo necesario sobre las SICAV.

Qué es una SICAV

Las SICAV son un tipo de Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) con carácter societario ya que funcionan como S.A. El objetivo social de las SICAV es el mismo que el de una IIC. Es decir, conseguir recursos de varios inversores a la vez para obtener una cantidad de capital interesante con la que invertir y lograr beneficios.

Como son consideradas un tipo de IIC están reguladas por:

  • La Ley 35/2003 de IIC
  • Y la Ley de Sociedades de Capital

Para formar parte de una SICAV el inversor solo necesita comprar acciones de la misma. Es decir, que una vez adquiere dichos títulos ya forma parte de las inversiones que realice la SICAV por medio de ellos.

Diferencias entre productos financieros afines a la SICAV

En relación a los fondos de inversión

Los fondos de inversión y las SICAV son muy similares, sin embargo su gran diferencia radica en dos elementos clave:

La razón social

Las SICAV son Sociedades Anónimas mientras que los fondos no disponen de personalidad jurídica. ¿En qué afecta esta diferencia? Básicamente en el modo de gestión.

  • En el caso de la SICAV, al ser una S.A., es gestionada por su propio consejo de Administración. Es decir, que la gestión es autónoma. Lo cual da lugar a una mayor agilidad a nivel administrativo.
  • Sin embargo los fondos de inversión son gestionados por una sociedad gestora. En este caso la gestión no proviene de la propia empresa sino que es externa. Esto permite un punto de vista más objetivo.
El capital mínimo para constituir cada una de estas empresas

En el caso de las SICAV el capital mínimo de constitución asciende a 2,4 millones de euros. Sin embargo los fondos de inversión necesitan un poquito más. En total 3 millones de euros. Igualmente la SICAV no puede superar su patrimonio por encima de un techo establecido en los estatutos. Este nunca será mayor que 10 veces el capital inicial. Esto no pasa en los fondos de inversión.

Y diferencias con las IIC

Las principales diferencias entre las SICAV y las IIC están asociadas al tipo de fiscalidad de cada una de ellas. De este modo:

Las IIC, al igual que el resto de sociedades de inversión y fondos están sujetas al Impuesto de Sociedades. Sin embargo, mientras que el resto debe de abonar un tipo general del 25 % las IIC tienen una deducción fiscal increíble. Solo tienen un gravamen que asciende al 1 % de los ingresos que consigan netos durante el ejercicio fiscal. Una diferencia a tener en cuenta. Y no solo eso. Otra de las ventajas de las IIC es que están exentas de pagar el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados.

En relación a los socios de las IIC no deben de tributar hasta que se reembolse la cantidad que han invertido. Hasta ese momento no hay que declarar nada. Cuando llegue definitivamente el momento del reembolso los socios se enfrentarán a unas retenciones del 19 %. Pero solo tributará por las ganancias patrimoniales. Es decir, por la diferencia entre el precio de la compra de sus participaciones o acciones y el importe de la venta.

Características técnicas de una SICAV

En cuanto a sus características técnicas sin duda las más destacables son las siguientes:

  • Las SICAV están controladas por la CNMV o Comisión Nacional del Mercado de Valores
  • Son sociedades reguladas bajo la Ley de Inversión Colectica, la Ley de Sociedades de Capitales y el reglamento.
  • Para poder formar una SICAV es imprescindible contar con un mínimo de 100 accionistas.
  • Capital social. En cuanto al capital social existe también un mínimo para poder fundar una SICAV. Este mínimo se sitúa en los 2,4 millones de euros.
  • En cuanto a su gestión puede quedar en manos de una empresa gestora externa o bien realizarse de manera interna si cuentan con su propio departamento gestor.
  • Al igual que sucede con los fondos de inversión, las SICAV han de pagar impuestos. En concreto un 1 % por el Impuesto de Sociedades.
  • En cuanto a los intereses el inversor solo tributa por ellos en el momento en el que vende sus participaciones. No obstante siempre puede jugar a traspasar los fondos de una SICAV a otra y evitar tener que tributar por ellos. Para poder hacer esta jugada es necesario que la SICAV disponga de un mínimo de 500 accionistas.

Muchas personas mandan duras críticas hacia estas sociedades pues se consideran como una especie de instrumento financiero ilícito creado para que los ricos puedan evadir impuestos. Esto sucede porque muchas de estas sociedad están compuestas por un accionista que dispone del 99 % de las acciones (el rico que las crea) y un 99 que solo ofrecen una aportación simbólica por medio de su firma. La falta de regulación hace que sea una estructura financiera muy criticada. De ahí que muchos expertos soliciten que estas sociedades de inversión comiencen a ser reguladas.

¿Cuáles son las principales diferencias entre una SICAV y un fondo de inversión?

Respecto a las diferencias de estos dos productos financieros las más importantes son las siguientes:

  • Capital mínimo. Mientras que un fondo financiero necesita de un mínimo de 3 millones para poder ser creado, la SICAV entra en funcionamiento a partir de los 2,4 millones de euros.
  • Autogestión. Los fondos de inversión no pueden auto gestionarse. Siempre requieren de una sociedad gestora que se encarga de la parte administrativa. La SICAV, sin embargo, sí que puede hacerlo si lo desea.
  • Personalidad jurídica. Mientras que la SICAV tiene personalidad jurídica como SA los fondos carecen de ella.