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Invertir en Europa es invertir en empresas

Los expertos de la gestora Fidelity Worldwide Investment, se han encargado de recalcar que la idea más importante es que invertir en Europa es “invertir en empresas, no en países”. Y es que, tras el pesimismo macroeconómico de los últimos años, no resulta sorprendente que las acciones europeas sigan bajo cierto halo de escepticismo.

Según los expertos de Fidelity este escepticismo se constituye, como una oportunidad real para los inversores: “las valoraciones son atractivas con respecto a otros mercados y han aparecido señales alentadoras de mejoría económica, a pesar de los ampliamente documentados desafíos estructurales”.

Sobre esta base, en Fidelity Worldwide Investment consideran que en la actualidad existen varios argumentos que resultan más que atractivos para invertir en acciones de empresas europeas, dado que el continente europeo alberga muchos líderes mundiales que se benefician de sólidos fundamentales, como mercados con crecimiento estructural, marcas sólidas, balances saneados y amplia exposición internacional. En este sentido, la entidad aprecia cinco factores clave que resultan aconsejables para aumentar las inversiones en renta variable europea:

1. Las empresas europeas cuentan con el aval de una sólida trayectoria de incremento de los beneficios a pesar de la debilidad del crecimiento económico.

2. Las perspectivas de crecimiento de los beneficios y la inversión empresarial están mejorando.

3. Las valoraciones relativas se encuentran actualmente en niveles atractivos.

4. Varios aspectos del entorno macroeconómico están experimentando mejoras.

5. El mercado está encontrando apoyo en el aumento de los flujos de inversión.

Si partimos de la base de que invertir en empresas europeas es muy diferente de invertir en las economías europeas, en la gestora Fidelity consideran que existen sobrados argumentos para invertir en una cartera de empresas europeas de calidad y bien escogidas.

Por otra parte, los expertos Fidelity Worldwide Investment destacan en su último informe la mejora de las perspectivas de crecimiento de los beneficios empresariales europeos, a medida que se avanza por la breve fase de esperanza en dirección a la fase más prolongada de crecimiento dentro del ciclo bursátil; la presencia de valoraciones atractivas, y la ventaja añadida de mejoras en el entorno macroeconómico. “Todo ello se suma para crear un entorno positivo para las acciones europeas que probablemente coincida con unos flujos de inversión favorables y duraderos. En un entorno de creciente diferenciación entre sectores y valores, los inversores no deberían dejar de considerar la inversión activa y basada en el análisis con altos niveles de dinero gestionado activamente”.